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El dióxido de titanio es un pigmento blanco usado en pinturas, cosméticos y plásticos por su alta opacidad y capacidad de reflejar la luz. También es un ingrediente activo en protectores solares por su capacidad para bloquear radiación ultravioleta.
El dióxido de titanio (TiO₂) es un compuesto químico blanco, cristalino y opaco utilizado en diversas industrias por sus propiedades excepcionales como pigmento, catalizador y protector solar. Es uno de los pigmentos más utilizados en la fabricación de pinturas, plásticos, cosméticos y productos farmacéuticos, gracias a su alta opacidad, resistencia a la decoloración y capacidad para bloquear la luz ultravioleta.
El dióxido de titanio es el pigmento blanco más utilizado en la fabricación de pinturas y recubrimientos debido a su opacidad, estabilidad térmica y resistencia a la decoloración. Además, se utiliza para mejorar la durabilidad y la resistencia a la intemperie de las pinturas.
El dióxido de titanio se utiliza ampliamente en la formulación de protectores solares debido a su capacidad para bloquear la radiación ultravioleta (UV), especialmente en productos de protección solar para la piel. Actúa como un filtro físico que refleja los rayos UV, evitando el daño a la piel.
El dióxido de titanio se utiliza como aditivo alimentario (E171) para dar color blanco a productos como chicles, confites, productos de panadería y productos lácteos. También actúa como un agente opacante en ciertos productos líquidos.
En la industria del plástico, el dióxido de titanio se emplea como un aditivo en la producción de plásticos, especialmente para mejorar el brillo y la opacidad de los productos plásticos. También mejora la durabilidad de los materiales, protegiéndolos de los efectos de la radiación UV.
El dióxido de titanio tiene propiedades fotocatalíticas que lo hacen ideal para su uso en la purificación de aire y agua. En presencia de luz, TiO₂ puede descomponer compuestos orgánicos, lo que lo convierte en un material útil para el tratamiento de aguas residuales y la eliminación de contaminantes atmosféricos.
El dióxido de titanio es generalmente considerado no tóxico para los ecosistemas acuáticos y terrestres. Sin embargo, su liberación en grandes cantidades en cuerpos de agua debe evitarse, ya que su acumulación podría tener efectos no deseados. Además, su extracción puede generar impactos en los ecosistemas si no se gestionan adecuadamente.
Peso | 25 kg |
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Dimensiones | 0.6 × 0.6 × 0.9 cm |
Presentación | Saco 25 kg |
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